Dream About Mysterious Movement And Uncertain Directions

This dream was about

Soñé que estaba pasando por una mudanza. Vivía en la casa de mi infancia, la cual fue vendida por diversos problemas económicos, por lo que nos mudábamos a un departamento. Sin embargo, al entrar, ese departamento lucía grande, tenía la apariencia de lo que fue la casa de mi abuela paterna. Me establecí ahí con mis gatos. Sin embargo, estando en la nueva casa, tenía un jefe que me ordenaba qué hacer y eso me generaba preocupaciones. Después, me dirigí a mi trabajo y de regreso, tomaba el transporte público con unas amigas. No sabía como regresar a mi casa, porque después de las mudanzas no me quedaba claro en dónde vivía realmente. El transporte público lucía horrible, había hombres armados, tomando alcohol, fumando, orinando las instalaciones e incluso haciendo fiestas en los vagones del metrobús (un medio de transporte en mi ciudad). Mis amigas decían que el camino estaba tranquilo, que no había que temer. Hasta me sugirieron llegar a la última estación y regresar a mi punto para demostrarme que el camino hacia la dirección contraria era más peligroso. Al subirme, el vagón lucía descuidado. Al fondo había un sujeto ebrio. Unas ancianas, que estaban sentadas junto a mí, me decían que era bueno que me acompañaran, porque de ir sola, uno de los hombres que hacían desfiguros, me llevaría con él en contra de mi voluntad. En el transcurso del viaje, nos bajaron del vagón y tuvimos que caminar. Yo corría y caminaba, me percaté de que estaba en la zona de un conocido bosque dentro de mi ciudad. Muy lejano de casa. Al caminar, vi que se formaron diversos grupos que después se convertían en sectas. Para buscar protección ante la falta de un grupo, comencé a rezar y continué con mi camino a casa (confiando en que tenía mucho dinero). Me era imposible preguntar o buscar orientación para llegar a casa, pues sentía que no podía confiar en nadie. Me encontraba con algunas atracciones, una de ellas consistía en tomar una fotografía de broma. Yo acudía y en la fila, una mujer aventaba unas tijeras gigantes a su hijo, pudiendo lastimarme. Aunque no alcancé a reclamarle bien, le hice saber mi inconformidad. Al salir del lugar, me encontré con una conocida compañera de trabajo, quien me orientó y sentí que en ella sí podía confiar. Desperté.